El uso abusivo o descontrolado de las nuevas tecnologías lleva aparejados cambios en los hábitos y rutinas de los usuarios, pudiendo convertirse en un serio problema cuando el tiempo y la atención dedicados a ellas sobrepasa ampliamente el tiempo dedicado al resto de las actividades.
Algunas de las disfunciones y desequilibrios que puede padecer son: trastornos del sueño, déficit y/o dispersión de la atención, forma de escape de problemas y responsabilidades reales, aislamiento, dejar de salir con amigos, escaso control de pulsiones, desinformación e intoxicación de ideas (falta de sentido crítico, información falsa, credulidad, desconfianza y/o relativización, asumir valores y creencias perniciosas, autoestima vulnerables) y adicciones de internet (cibersexocibersexo, ludopatía y juegos online, chat y blogging). Otras adicciones hacen referencia al uso del teléfono móvil, videojuegos no online y la televisión.
Las secuelas psíquicas de estas adicciones o del uso intensivo de las TIC se centran en el síndrome de abstinencia y en sentimientos de culpabilidad.